El 66% de las enfermeras navarras considera que la situación laboral actual es peor que la previa a la pandemia de COVID, según un estudio del CGE
• Los resultados de la encuesta sobre el impacto de la presión asistencial señalan que casi 9 de cada 10 enfermeras han tenido problemas psicológicos por la presión asistencial y el 23% ha necesitado una baja laboral por la sobrecarga de trabajo
Para el 66,2% de las enfermeras navarras encuestadas, la situación laboral actual es peor que la previa a la pandemia de COVID-19, un 27,3% cree que está igual y solo un 6,5% considera que ha mejorado. Así se desprende de una macroencuesta realizada por el Consejo General de Enfermería (CGE) entre casi 10.000 enfermeras y enfermeros de todo el país. Los resultados, tal y como apuntan desde el CGE, son “peores que hace dos años”.
Se trata del “Estudio sobre el impacto de la presión asistencial en la profesión enfermera”, que busca conocer cuál es la situación de las enfermeras en la actualidad y comprobar cómo ha variado con respecto a 2022, año en el que se realizó por primera vez para conocer los estragos de la pandemia en la profesión.
El Consejo General de Enfermería denuncia que la carga asistencial que sufren las enfermeras y enfermeros de España en su día a día desde hace años es insostenible y más del 95% de los profesionales considera que tiene un volumen de trabajo alto o excesivo y un 88,3% reconoce que esta presión en el trabajo les ha afectado psicológicamente mucho o bastante.
Así, el 56,1% de las enfermeras encuestadas a nivel nacional considera que su situación laboral actual ha empeorado con respecto a la que tenía antes del COVID-19, porcentaje que se eleva en el caso de Navarra en 10,1 puntos porcentuales, hasta el 66,2%
Un dato que preocupa enormemente a la Organización Colegial de Enfermería y que se puso de relevancia durante la presentación del estudio: “Resulta inadmisible que después de lo que se hizo para superar la mayor crisis sanitaria de los últimos años, las administraciones hayan olvidado todo de golpe y ahora nuestras compañeras tengan la percepción de que están incluso peor que antes. ¿Cómo es posible que no se haya cuidado a nuestros profesionales y que quienes toman las decisiones no recuerden la importancia de mantener una buena sanidad?”, pregunta Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.
MÁS TRABAJO EN SOCIOSANITARIO Y HOSPITALIZACIÓN
En cuanto al volumen de trabajo, las enfermeras lo puntúan con un 8,62 sobre 10 (8,54 en el caso de Navarra), y aunque la percepción de exceso de trabajo es transversal a todos los ámbitos, el área sociosanitaria (8,91) y hospitalización (8,81) tienen las puntuaciones más altas.
CONSECUENCIAS EMOCIONALES
Las consecuencias emocionales y en la salud mental de las enfermeras es uno de los puntos clave que desde el CGE piden abordar tras presentar los resultados de la encuesta. Y es que casi 9 de cada 10 enfermeras (88,3%) reconoce que la carga de trabajo les afecta psicológicamente. El 86,1% de las enfermeras ha sufrido episodios de estrés, el 66,6% de ansiedad, el 60% de insomnio y el 27,2% declara haber llegado a sufrir depresión.
En el caso de las enfermeras navarras, el estudio apunta que el 83,8% considera que la presión asistencial tiene impacto psicológico en la profesión: cree que mucho un 22,1% y bastante un 61,7%.
EL 23% HA PEDIDO LA BAJA LABORAL POR CARGA EMOCIONAL
El informe también puntualiza que el 23% de las enfermeras (23,1% en Navarra) se han visto obligadas a pedir la baja por algún problema derivado de la carga emocional que genera la presión asistencial, lo que supone un incremento enorme con respecto a 2022, que el dato era del 16,5%. Para Raquel Rodríguez Llanos, vicepresidenta del CGE, esta cifra supone, además, “un enorme coste económico para el sistema y mayor sobrecarga para el resto de las enfermeras”. “Si no podemos prevenir los problemas de nuestras compañeras, esto seguirá aumentando. Debemos tomar todas las medidas oportunas para ayudar a esas compañeras que están en una situación límite, lo cual les beneficiará a ellas mismas y también al sistema, reduciendo el impacto económico y mejorando los cuidados de los pacientes”, afirma la vicepresidenta.
Al hilo de todo lo anterior, el 63,1% de las consultadas declara que ha necesitado ayuda profesional a nivel psicológico. De ellas, sólo el 37,8% ha tenido acceso a esa ayuda. Y esto deriva en que 6 de cada 10 profesionales encuestadas declara que ha pensado en algún momento dejar la profesión (en Navarra, 5 de cada diez). Un dato significativamente superior al recogido en 2022, donde era el 46,5%.
UN 36,1% NO VOLVERÍA A ESTUDIAR ENFERMERÍA (17,3% EN NAVARRA)
En este sentido, la encuesta puntualiza que la situación laboral y la falta de reconocimiento de la profesión lleva incluso a la reconsideración de la vocación. Así, un 36,1% declara que no volvería a estudiar Enfermería si pudiera dar marcha atrás, 7,7 puntos más que hace dos años, cuando esta reconsideración afectaba al 28,4%. En el caso de Navarra, el porcentaje que no volvería a estudiar Enfermería es menor según esta encuesta: un 17,3%.
“Siempre hemos sido una profesión volcada con los pacientes y la más cercana a ellos, por lo que todos los datos son una mala noticia, pero este, en particular, mucho más, porque vemos cómo nuestras compañeras y compañeros han perdido la ilusión por la profesión debido al desgaste que tienen sobre ellos”, comenta Guadalupe Fontán, coordinadora del Instituto Español de Investigación Enfermera del CGE.
Más allá de la sobrecarga asistencial, la encuesta ha valorado las condiciones laborales y de la profesión, consiguiendo el apoyo unánime a la demanda del reconocimiento de la categoría A. Un 96,8% de los encuestados lo consideran muy o bastante importante.
Además, el desarrollo de las especialidades (2,19), la conciliación de la vida familiar y laboral (2,73) y el reconocimiento del desarrollo profesional (2,92) son los parámetros que peor puntuación consiguen.
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